
Pues bien, no hay porqué desesperarse salvo que la particiones de tu disco duro sean un auténtico caos. Lo más sencillo para recuperar, tal y como dejaste el Grub antes de la reinstalación de Windows, es iniciar el sistema con el disco Live de la distribución de Ubuntu y seguir los sencillos pasos que Aneolf recoge en su artículo "Cómo restaurar Grub en Ubuntu 64". A mí me ha funcionado, eso sí, hay que partir de que tu configuración es la que cabe esperar, o sea, dos particiones primarias en el disco duro, e instalacción de Linux en la segunda.
Si no es así, no pasa nada, hay otros sencillos pasos para recuperar el sistema de arranque que pasan por consultar el foro de Ubuntu, donde se especifica otro procedimiento a través de un disquete; e incluso, si somos lo peor de lo peor en Linux, y no teníamos nada interesante que mereciese ser recuperado, puedes pasar de todo y reinstalar de nuevo Ubuntu.
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