Cosas que no cambian en Salobreña

El poyete de la playa de Salobreña es posiblemente una de las construcciones arquitectónicas más visitadas por los turistas de esta localidad de la Costa Tropical de Granada, con permiso de su castillo árabe y su iglesia parroquial. A pesar de pasar desapercibido por el visitante y no aparecer en ninguna guía turistica de Salobreña, este muro que separa el paseo marítimo de la playa y sirve de improvisado banco al viandante, lleva impoluto frente a la adversidad atmosférica y temporal desde tiempos inmemorables, allá cuando Salomar 2000 crecía en medio de un bosque de cañaverales. Lamentable que medio siglo después, el paseo marítimo de Salobreña siga siendo el mismo.


En fin, mejor que ya no toquen nada y lo declaren como BIC (Bien de Interés Cultural), para que los visitantes de esta localidad sepan que hubo una generación de salobreñeros que creyeron en el turismo como motor de desarrollo y que desafortunadamente ningún mandatario posterior supo materializar. No sé cuantos años más tendrán que pasar para que el siglo XXI llegue a este rincón del litoral granadino. Con playa, ladrillo y nada más, que no esperen turismo de calidad.

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