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'Hands', por Nathangibbs |
Por norma general, los que han pasado por una relación larga suelen ser menos tolerantes con actitudes que previamente consentían a su pareja. Tratan así de evitar los mismos errores que en mayor o menor medida, propiciaron el fracaso de su relación. Sin embargo, el nivel de exigencia va más allá del comportamiento y se extrapola a otras facetas emotivas, sexuales y sociales. No basta con igualar lo vivido hasta ahora, sino de superarlo y conseguir dar con alguien que nos saque la mejor versión de cada uno.
En ésa búsqueda de la pareja idílica existe el riesgo de elevar el nivel de exigencia hasta un límite por el que no pasaríamos ni nosotros mismos. No vale el que nos merecemos todo porque lo valemos. Nadie es perfecto y mucho menos en el ecuador de la vida. Es algo que aunque parezca evidente, parece no quedar muy claro. No se debe exigir más calidad humana de la que uno es capaz de dar. Por tanto, sin tratar de repetir los errores del pasado, es evidente que iniciar una nueva relación no va a ser posible con las mismas reglas del juego que conocíamos hasta ahora; de hecho, ya se perdió la partida, y por tanto, será necesario jugar otra mano con nuevas condiciones donde quepan las peculiaridades de cada uno. Si se consigue, pocas cosas se interpondrán para conseguir una vida afectiva emocionante. Si no asumimos este hecho, es inevitable que ninguna relación consiga prosperar.
¿Y tú, cómo de exigente serías con tu nueva pareja? ¿Qué tolerarías y qué no? ¿Qué valorarías más de ella?
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